lunes, 1 de enero de 2018

De retos y cosas muy locas

2017 se fue como llegó: a toda velocidad. Y he de confesar que hay meses que recuerdo de manera borrosa, que algunas lecturas pasaron por mí, pero yo no por ellas, porque ni el título me suena.... Y que descubrí la peor manera de detener el tiempo: Bloqueo de escritor.

La cosa es que 2017 se fue. Pero no todo fue malo, en absoluto. En lo personal me dejó un muy buen sabor de boca, y en lo profesional tampoco estuvo mal: avancé como nunca la novela (gracias también al mejor taller personalizado del mundo) y cumplí, a trompicones, eso sí, mi reto de lectura anual.

Y después de todo: letras, niños, vacaciones, gripes, bloqueos, sueño (mucho)... Llegó el último día del año y 2018... Y vuelta a empezar.

Y este año me he venido arriba (bueno, con una semana de antelación, pero cuenta ya como locura de año nuevo), he decidido lanzar el guante, retar a un duelo al bloqueo de escritor y ganarle con golpe mortal. En otras palabras, he decidido que este año termino (por fin) la novela, me apunto a los 52 retos de escritura de Literup, y, además (por si me quedara algún segundo suelto) me he inventado mi propio reto de lectura: Acabar con las lecturas pendientes de mi biblioteca -física y digital-. Aún no he pensado qué haré con esa manía enfermiza que tengo de comprar libros y cómo repercutirá en el reto... Pero por ahora cuento 48 títulos en la estantería y otro tanto en la wishlist.

Que sí, que estoy a tope, que se me ha ido la fuerza por la boca. Pero no pasa nada. Lo dejo escrito y nos reímos de esto dentro de doce meses ¿Qué les parece?

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